MARAVATÍO

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Foto: Silverio Orduña

MARAVATÍO, Partitura coreográfica para el cuidado, encuentro y juego en colectivo / Creadora de concepto / facilitadora

El 19 de septiembre de 2017, un sismo de gran magnitud afectó  varias zonas de la CDMX, marcando de diversas maneras la vida de todos los que habitamos esta ciudad. De todas las reflexiones y transformaciones que se pudieron haber desprendido de este suceso, una de las que más destacó en mi vivencia personal fue la del cuidado colectivo, anónimo. El estado de emergencia nos demandaba ese cuidado y a la vez, nos permitía repensar –aunque por corto tiempo- nuestras relaciones colectivas, moldeadas mayormente por el trabajo y la productividad.  En medio de la tragedia se accionaron otras formas posibles de relacionarnos, que re descubrimos nos eran fundamentalmente necesarias, unificadoras, reconfortantes. Entonces surgió en mí una pregunta que derivó en necesidad, en ignición:

¿La voluntad de encuentro y cuidado colectivo se da sólo en la emergencia?  ¿Podemos crear situaciones donde nos procuremos este encuentro y cuidado colectivo?

Así nació Maravatío.

Si habíamos entonces de ensayar formas posibles de encuentro con unos otros desconocidos, este ejercicio de voluntad tenía que partir de una estructura que provocara esta reunión. La propuesta fue trabajar con un grupo neuronal de entre 20 y 25 personas y cada una de estas personas, trabajaría -sola o con algunos de sus compañeros- con otras dos, tres o cuatro que el resto del grupo neuronal no conocería sino hasta el día que realizáramos esta partitura; de ahí que hablamos de Maravatío como una onda que se expande, como un rizoma. El grupo neuronal de Maravatío estuvo compuesto por integrantes del Diplomado Cómo encender un fósforo, y de otros habitantes de esta CDMX que participaron anteriormente en proyectos como El Gran Continental y Úumbal: coreografía nómada para habitantes. Juntos construiríamos esta partitura.

En el proceso, incorporamos dinámicas de cuidado colectivo, ejercicios de alerta corporal y espacial y acciones coreográficas que se convertirían en anclajes de la partitura. Poco a poco, el juego empezó a aparecer demandando su derecho a existir, más allá de los espacios de recreo y de las tardes de niñez. El juego sabía de su amabilidad para facilitar el encuentro, diálogo y negociación entre desconocidos  y nos recordaba cómo también desde lo lúdico nos podemos sentir libres. Por esta razón, esta partitura se transformó en una sobre el encuentro, cuidado y juego en colectivo.

¿Nos abriríamos al contacto? ¿A la escucha? ¿Al juego? No lo sabíamos, pero estaba bien porque estábamos dispuestos a intentarlo, a dar un salto al vacío, juntos.

Maravatío se llevó a cabo por primera vez, en mayo 2018 en la Glorieta de insurgentes de la CDMX, decisión consensuada por el grupo neuronal, con el deseo de habitar/transformar este lugar emblemático de tránsito y encuentro de propios y extraños de la CDMX y crear una fisura en el espacio público para hacer visible que existen otros caminos afectuosos para  habitar/estar en colectividad. De 22 personas que iniciamos el proyecto, nos convertimos en 50, que ese día por primera vez libremente nos encontramos para darnos cuidado, jugar y divertirnos.

En octubre del 2018, esta onda se expandió hacia Santiago de Chile, continuó en noviembre al Indonesian dance Festival, y en enero 2019, llegó a Uruapan, Michoacán, como parte del programa de intervención sobre violencia escolar en la Escuela Secundaria Federal Urbana Número 2.

Esta partitura es, ante todo, un llamado a replantearnos hoy en día las políticas colectivas del afecto, es un ejercicio de encuentro desde la amabilidad como una forma de cotidiano posible,  un patio de recreo, una kermés, una tarde en el parque  y su bullicio, un bote pateado, un baile, un tú las traes, risas, gritos y lo que surja.

Maravatío deriva de la lengua purépecha y significa lugar  precioso. Se dice que está en  Michoacán, pero en realidad, podría estar en cualquier parte.

Maravatío fue una pieza comisionada para el Festival Cómo encender un fósforo, coordinado por Alma Quintana y Silverio Orduña
Grupo nuclear original:  Julia Barrios de la Mora, Andrea Cabrera, Katia Castañeda, Leticia Cordero, Yéssica Díaz, Flor Firvida Martín, Alberto González, Tania Hernández, Alejandra Ibañez, Rosa María Landabur, Mariana Landgrave, Ámbar Luna, Carmen Ixchel Maya, Alberto Montzi, Kenia Noriega, Engelbert Ortega, Rebeca Pérez, Lucía Pineda, Itzamná Ponce, Adriana Portillo, Alfredo Salmerón, Itandehui Salmorán, Patricio Trigos, Xurami Vega del Pilar, Erick Xetiel
English

MARAVATÍO, Choreographic score for collective care, encounter and play / Concept creator / facilitator 

On September 19, 2017, an earthquake of great magnitude affected several areas of Mexico city, marking in different ways, the life of all of us who inhabit this city. Of all the reflections and transformations that could have been detached from this incident, the one that stood out most in my personal experience was that of anonymous collective care. The state of emergency demanded that care, and at the same time, allowed us to rethink -though for a short time- our collective relationships, shaped mainly by work and productivity. In the midst of the tragedy, other possible ways of relating were triggered, which we discovered were fundamentally necessary, cohesive, comforting. Then a question arose in me that led to need, to ignition:

Does the will for collective encounter and care occur only in the emergency?

Can we create situations where we seek meeting and care?

This is how Maravatío was born.

If we had then to try possible ways of meeting with other strangers, this exercise of will had to start from a structure that provoked this meeting. The proposal was to work with a neuronal group of between 20 and 25 people, and each of this group or as a team, would work with other two, three or four that the neuronal group would not know until the day we made this score; hence, we speak of Maravatío as a wave that expands, like a rhizome. On this occasion, the Maravatío neuronal group was composed of members of the Diplomado How to light a match, and of other inhabitants of this CDMX who previously participated in projects such as El Gran Continental and Úumbal: nomad choreography for inhabitants. Together we would build this score.

In the process, we incorporated collective care dynamics, exercises to prepare the body for public space and choreographic actions that would become anchors of the score. Little by little, the game began to show up, demanding its right to exist, beyond recreational spaces and childhood evenings. The game knew of its kindness to facilitate the encounter, dialogue and negotiation between strangers, and it reminded us how also from the playful we can feel free. For this reason, this score became one of the collective encounter, care and play

Would we open to contact? To Listen? To play? We didn’t know it, but it was ok, because we were willing to try it, to take a leap into the void, together.

Maravatío happened for the first time in may 2018, at roundabout of Insurgentes in Mexico city a decision agreed by the neuronal group, with the desire to inhabit / transform this emblematic place of transit and encounter of Mexico city and create a fissure in the public space to make visible that there are other affectionate ways to live / be in community. From 22 people who started the project, we became 50, and freely we took care of the others, played, and had fun.

In October of that year, this expanding wave arrived in Santiago de Chile, continued in November to the Indonesian dance Festival, and in January 2019, arrived in Uruapan, Michoacán, as part of the program of intervention on school violence at the Federal Secondary School Urban Number 2.

This score is, above all, a call to rethink today the collective policies of affection, is an exercise in meeting from the kindness as a possible everyday way, a playground, a kermes, an afternoon in the park and his bustle, a kicked boat, a dance, laughs, screams and whatever comes up.

Maravatío derives from the Purépecha language and means precious place. It is said that  is in Michoacán, but if we think about it twice, it could be anywhere.

Maravatío was a commissioned piece for the Festival How to light a match, coordinated by Alma Quintana and Silverio Orduña
Original Nuclear group: Julia Barrios de la Mora, Andrea Cabrera, Katia Castañeda, Leticia Cordero, Yéssica Díaz, Flor Firvida Martín, Alberto González, Tania Hernández, Alejandra Ibañez, Rosa María Landabur, Mariana Landgrave, Ámbar Luna, Carmen Ixchel Maya, Alberto Montzi, Kenia Noriega, Engelbert Ortega, Rebeca Pérez, Lucía Pineda, Itzamná Ponce, Adriana Portillo, Alfredo Salmerón, Itandehui Salmorán, Patricio Trigos, Xurami Vega del Pilar, Erick Xetiel